Cuatro Ases: Pequeña Magia:
1. Elige cuatro Ases de una baraja de cartas y colócalos encima. No dejes que la audiencia vea este paso. Lo mejor que puedes hacer es ponerle los cuatro ases antes de hacer la magia. Saca las cartas de tu bolsillo y comienza a hacer magia directamente sin dejar que el público las mezcle.
Intenta pasar lo más desapercibido posible. No dudes en preguntar: "Oigan, ¿quieren ver un truco de magia y empezar a hacerlo?". Cuanto más natural y fluido parezca este paso, menos cuestionará su audiencia el truco de magia.
2. Divide las cartas de abajo hacia abajo en cuatro montones iguales. Naturalmente, aparecerán cuatro ases encima de la cuarta pila. Organice las cuatro pilas de cartas de izquierda a derecha para que la cuarta pila aparezca en el extremo derecho. No te concentres demasiado en la cuarta pila de cartas. La magia requiere una diversión. Si tu audiencia descubre dónde está A, la magia no funcionará.
3. Coge el primer montón de cartas y coloca las tres cartas superiores en la parte inferior. Esto puede crear la ilusión de que estás barajando una baraja de cartas.
4. Distribuye las tres cartas superiores entre los otros tres montones de cartas, una carta de cada montón. Comience con la pila más a la izquierda y la pila con las A al final. Cada montón "sólo puede" dividirse en 1 carta. Esto es crucial al dividir una pila con un As, porque la pila con un As debe tener otras tres cartas.
5. Repite este paso para las otras tres pilas. Finalmente haz la pila con A. Al mover las tres cartas superiores hacia abajo, la pila final ahora tiene cuatro ases en la parte superior. Cuando divides las tres cartas superiores en las otras tres pilas, habrá Ases en cada pila.
6. Da la vuelta a la carta superior de cada pila para revelar cuatro Ases. Una vez que hayas dominado completamente el truco, realízalo para una audiencia diferente. Proporcione a la audiencia instrucciones paso a paso para cortar las cartas (¡no las mezcle!), tomar las cartas (las tres primeras) y dividirlas (una carta por pila). El resultado será el mismo. La diferencia es que el público creerá más en tu truco de magia porque los engañas haciéndoles creer que tienen el control del resultado.