La nueva película sigue siendo la misma que las dos anteriores, con grandes secciones de diálogos ordinarios y triviales. Si no has visto las dos primeras películas, no estarás acostumbrado a este tipo de ritmo y técnica al principio de la película. El agua es demasiado fina y corre demasiado lentamente. El director evidentemente no tiene ganas de conquistar a la nueva generación de espectadores. Todo va con la corriente, lleno de la tranquilidad de tomar las cosas como vienen.