Mi novio y yo jugamos a un juego en el que nos quitamos la ropa y tiramos dados. Si perdemos, nos quitamos la ropa y le servimos toda la noche.

El amor es una hipnosis. Cuando despiertas, tu alma será succionada por alguien. Por eso, después de enamorarme, siempre siento que no sólo lo he perdido a él, sino que también he perdido una parte de mí. El que es amado siempre tiene el alma, pero el que ama pierde el alma. En toda relación sincera, siempre hay alguien que sacrifica su alma y cosecha la crueldad.