Al afilar un cuchillo, la hoja y la piedra de afilar rozan constantemente entre sí, y el trabajo realizado se convierte en energía térmica mediante la fricción, lo que aumentará la temperatura del cuchillo. Las altas temperaturas pueden recocer los cuchillos de acero y reducir su dureza. Si pones un poco de agua en la piedra de afilar, el calor generado por el afilado se transfiere al agua, y la temperatura del agua aumentará y quitará parte del calor