El mecanismo original de Mimosa pudica es el siguiente:
Las hojas de Mimosa pudica están compuestas por muchas células parenquimatosas y existen conexiones neuronales complejas entre estas células. Cuando se estimulan las hojas, estas células pierden agua rápidamente y se encogen, lo que hace que las hojas se cierren.
La timidez de la Mimosa se atribuye principalmente a su respuesta fisiológica única y a su mecanismo de conducción nerviosa. Cuando se estimulan las hojas, se transmiten señales mecánicas a las hojas a través del sistema nervioso de la planta, desencadenando una serie de respuestas fisiológicas.
Estas reacciones fisiológicas harán que las células de las hojas pierdan agua rápidamente y se encojan, provocando el cierre de las hojas. Además, el peciolo de Mimosa pudica tiene una respuesta fisiológica similar, pero su respuesta es ligeramente más lenta, por lo que solemos ver las hojas primero vibrar después de ser estimuladas, para luego cerrarse lentamente.
Además de las respuestas fisiológicas, la timidez de Mimosa pudica también está relacionada con su expresión genética. La expresión genética en las plantas se ve afectada por factores ambientales y reguladores intrínsecos, que pueden afectar el crecimiento y desarrollo de las plantas. En Mimosa pudica, genes específicos se activan cuando se estimulan. Los productos de expresión de estos genes pueden ayudar a regular el equilibrio hídrico e iónico en las células, promoviendo así el cierre de las hojas.
Los principales métodos de cultivo de Mimosa:
1. Encuentre un suelo adecuado: La Mimosa no requiere mucho suelo, pero un suelo fértil y bien drenado proporcionará las mejores condiciones de crecimiento. . Asegúrate de que el suelo sea rico en humus y tenga un mejor drenaje mezclándolo con arena o perlita, por ejemplo. Este suelo ayudará a que las raíces de la mimosa obtengan suficiente oxígeno para crecer y absorber agua.
2. Método de riego adecuado: La Mimosa necesita un ambiente húmedo, pero no es intolerante al encharcamiento. Por lo tanto, al regar se debe seguir el principio de ver seco y ver húmedo. Cuando la tierra esté seca, riégala a tiempo hasta que esté completamente regada para evitar la acumulación de agua. En clima seco, riegue con más frecuencia para mantener la humedad.
3. Gestión de la luz y la temperatura: A la mimosa le gusta la luz solar plena, pero también puede adaptarse a ambientes de semisombra. Debe colocarse en un ambiente soleado o semisombreado para evitar la luz solar directa, especialmente la fuerte luz solar del verano. La mimosa no tolera el frío y debe crecer en un ambiente donde la temperatura no sea inferior a 10°C. Si las temperaturas son demasiado bajas, las plantas pueden sufrir congelación.