Hola cartel, la grandeza del amor maternal es evidente y, a veces, el amor maternal es realmente amargo, lo cual lo entiendo profundamente. Vivimos en una familia discordante y en casa hemos sufrido muchísimo durante mucho tiempo. Debido a algunas cosas que sucedieron en aquel entonces, mi madre se casó a regañadientes con un miembro de esta familia pobre. Esto estuvo bien porque mi padre fue muy bueno con mi madre. Sin embargo, debido a la relación de sangre entre papá y abuelos, la abuela no amaba mucho a papá y, naturalmente, nos ignoraba a nosotros, madre e hijo, y a menudo tomaba medidas sobre asuntos triviales en la familia. En esta familia no rica, sería terrible perder la armonía. Mi corazón ha estado ensombrecido por una baja autoestima desde que era niño, y a menudo me ha faltado confianza y coraje. En esta familia, las peleas entre los abuelos dejaban indefensa a la débil madre, porque cada vez que se peleaban, ella casi se volvía loca. Unas vacaciones de verano sucedió algo que recordaré por el resto de mi vida: mi abuela se peleó con mi madre por el agua. A los 12 años yo estaba preocupada y asustada, por miedo a que pelearan, pero lo que todavía me preocupaba. Sucedió, y mi abuela nos arrastró a los tres. Esto sucedió no una o dos veces, pero mi madre estaba tan enojada que se desmayó. Me asusté tanto que abracé a mi madre y lloré. Sólo gracias a la obstrucción del vecino la tormenta amainó. Desde que era pequeña, mi madre siempre ha querido evitar que me dejara influenciar por mi familia y desarrollara un carácter cobarde, pero aun así, a veces no podía hacer nada al respecto y hemos estado viviendo en penurias y depresión. En este momento realmente me doy cuenta de que el amor maternal es amargo. Ahora que estoy en el primer grado de la escuela secundaria, mi madre se ha ido a trabajar para no sufrir en casa. A menudo nos extraña a nosotros, hermanos y hermanas, desde lejos, pero no tenemos más remedio que confiar en nuestros propios hombros jóvenes. para soportar la carga y vivir una vida fuerte. Sólo pensé, el amor maternal es grande pero un poco amargo, ¡pero debe ser extraordinaria!