Júpiter es un planeta gaseoso.
A Júpiter se le llama planeta gaseoso porque su superficie está cubierta de material gaseoso extremadamente espeso, de hasta 3.000 kilómetros de espesor, y se compone principalmente de hidrógeno y helio. Júpiter es un cuerpo celeste cuyo componente principal es el hidrógeno, que es muy diferente a nuestra Tierra y similar al Sol. Las atmósferas de Júpiter y del Sol contienen aproximadamente un 90% de hidrógeno y aproximadamente un 10% de helio, con cantidades muy pequeñas de otros gases.
Debajo de la atmósfera hay una capa de hidrógeno líquido de 27.000 kilómetros de espesor, y debajo de ella hay hidrógeno metálico. Según cálculos basados en la masa, densidad y volumen de Júpiter, Júpiter debería tener un núcleo sólido, equivalente a 10-15 veces la masa de la Tierra. Su composición puede ser rocosa y contener silicatos y hierro.
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Un planeta gaseoso se refiere a un planeta formado por gas. No tiene tierra. El gas fluye constantemente sobre la superficie del planeta, lo que también provoca que la superficie del planeta. El planeta es bastante inestable. Entre los ocho planetas del sistema solar, Mercurio, Venus, la Tierra y Marte son planetas sólidos, mientras que los cuatro siguientes, Júpiter, Saturno, Urano y Neptuno, son planetas gaseosos. La masa y el volumen de los planetas sólidos son relativamente pequeños, mientras que los planetas gaseosos son relativamente grandes.