No, entonces la gente inventó diarios, temiendo que sus vidas fueran como un sueño. Miedo de perder muchas cosas que vale la pena recordar. Lo que realmente podemos hacer es muy simple: apreciar la vida de cada día. Sin embargo, el sabor de ese día, los altibajos, en realidad son preciosos. Cuando tengas casi cincuenta años, cuando recuerdes esos acontecimientos pasados, será un sueño.