En 1356, cuando la "Guerra de los Cien Años" entre Inglaterra y Francia estaba en pleno apogeo, el rey Juan II de Francia perdió la batalla de Poitiers en el oeste de Francia, fue capturado por el ejército británico y se convirtió en un prisionero. Los británicos propusieron duras condiciones para su liberación: a menos que pagara 3 millones de luises de oro, nunca sería liberado. Después de que Juan II fuera encarcelado en Londres durante cuatro años, finalmente pagó el enorme rescate y pudo regresar a Francia. El 5 de diciembre de 1360, el rey Juan II firmó un edicto tras su liberación y decidió acuñar monedas que contenían 3,87 gramos de oro puro para conmemorar este acontecimiento histórico. El anverso de la moneda muestra la imagen heroica de Juan II con armadura sobre un caballo de guerra y sosteniendo una espada en la mano, lo que significa que el rey es libre y regresa a Francia. Según el decreto del rey, esta nueva moneda lleva el nombre de "Libertad". La palabra francesa para "libertad" es Franc, y su transliteración al chino es "Franc". Contando desde la acuñación de la moneda de oro "Franco" en 1360, el franco tiene una historia de 638 años como moneda, lo que la convierte en una de las monedas más antiguas del mundo.