Al roble
Si te amo
---Nunca seré como una flor trepadora que utiliza tus altas ramas para lucirse;
Si te amo
--- Nunca imitaré al pájaro enamorado, repitiendo un monótono canto por la tonalidad del verde;
También es más que un manantial que brinda frescor y consuelo durante todo el año;
No es solo como un pico peligroso, aumenta tu altura y realza tu majestad.
Incluso la luz del día.
Incluso lluvia primaveral.
¡No, esto no es suficiente!
Debo ser una ceiba cerca de ti, estando contigo como la imagen de un árbol.
Las raíces están apretadas en la tierra, y las hojas se tocan en las nubes.
Cada vez que pasaba el viento nos saludábamos, pero nadie entendía nuestro idioma.
Tú tienes tus ramas de cobre y tus troncos de hierro, como cuchillos, espadas y alabardas; yo tengo mis flores rojas, como suspiros pesados y antorchas heroicas.
Compartimos las olas frías, el viento y los truenos y los rayos;
Disfrutamos de la niebla, la niebla, la niebla y el neón rojo, como si estuviéramos separados para siempre, pero dependemos unos de otros para toda la vida.
Este es un gran amor, y la constancia está aquí: no sólo amo tu majestuoso cuerpo, sino también la posición en la que insistes, la tierra bajo tus pies.
Oda al Roble
Si te amo
--- Nunca seré una enredadera de trompeta Aferrándome a tu cuerpo para resaltar mi altura; p>
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Si te amo
--- Nunca seré un pájaro cuchara Repitiendo el canto monótono por una sombra verde;
Ni un manantial Que trae perenne consuelo fresco;
Ni pico escarpado Que aumenta tu alteza, refleja tu eminencia Incluso la luz del sol.
¡Ni siquiera la lluvia primaveral! /p>
Debo ser una ceiba a tu lado, Un árbol Con raíces arraigadas bajo tierra, Y hojas tocadas en la nube.
Nos saludamos con un gesto de cabeza, Cuando pasa cada ráfaga,
Pero nadie puede entender nuestras palabras.
Tú tienes tu cuerpo de hierro, Como un cuchillo, una espada, Además de una alabarda;
Yo tengo mi rojo flores, Como un suspiro pesado, Y una antorcha valiente.
Compartimos el frío, las tormentas y los truenos; Disfrutamos de la bruma, la niebla y los neones, Parece que siempre somos parte,
Pero nosotros estamos juntos para siempre.
Sólo esto puede llamarse un gran amor, la lealtad es ésta: no sólo amo tu cuerpo viril, sino también el lugar que ocupas y la tierra bajo tus pies.