Esta pregunta debe responderse desde tres aspectos. Primero: si aún no estás muerto, tu corazón todavía late y tu sangre todavía está ahí, entonces todavía estás vivo. Segundo: cuando hagas esta pregunta, demuestra que quieres morir y que todavía piensas en ello, por lo que todavía estás vivo. Tercero: la muerte requiere coraje. Como resultado, fuiste tímido y no elegiste morir, por lo que todavía estás vivo. ¡Aprecia tu vida y no desperdicies la comida que comiste por la mañana!