Debido a que los tres monjes tienen la misma mentalidad y el mismo ámbito ideológico, no quieren hacer ningún esfuerzo y quieren depender de los demás, por lo que se culpan mutuamente en el tema de conseguir agua. Como resultado, nadie fue a buscar agua, por lo que no todos tenían agua para beber. De hecho, tres monjes también pueden tener agua para beber, siempre y cuando se organicen un poco y establezcan un sistema de turnos para ir a buscar agua, asignen responsabilidades a cada persona e impongan fuertes multas a los infractores, entonces tendrán agua para beber. beber.
Un monje lleva agua para beber, dos monjes llevan agua para beber y tres monjes no tienen agua para beber. Esto es una fábula, y su moraleja es: si no hay un sistema que garantice una cosa, La responsabilidad no se cumplirá, si hay demasiada gente no se podrá hacer nada.
Información ampliada:
La fábula de los tres monjes:
Había una vez una montaña, y en la montaña había un joven monje. Llevaba agua y cantaba sutras todos los días. Vivía en paz y comodidad. Pronto llegó un monje mayor y el joven monje le pidió que llevara agua. El monje mayor pensó que sería una gran desventaja llevarla solo, así que le pidió al joven monje que llevara agua con él, para que todavía hubiera. ser agua para beber. Más tarde, vino otro monje gordo. Él también quería beber agua, pero no había agua en el tanque. El monje más joven y el monje mayor le pidieron que la recogiera y la bebió solo. nadie recogió agua. El monje se quedó sin agua.
Después de que el abad del templo principal se enteró de esta situación, envió un abad. A medida que el tamaño del templo se expandió, después de que el abad asumió el cargo, creyó que la clave del problema era la falta de mano de obra y la división poco clara del trabajo, por lo que contrató a algunos monjes para que realizaran conjuntamente el trabajo del templo y formuló un cronograma de trabajo. El templo por fin hay agua para beber, pero el problema es que por mucha que elijas, no hay suficiente. A medida que pasaban los días, los jóvenes monjes dejaban de cantar sutras, cada vez menos clientes quemaban incienso y el dinero para comprar incienso se hacía escaso.
Referencia: Enciclopedia Tres Monjes-Baidu