Aunque los demonios de Tasmania son pequeños y tienen un aspecto lindo, en realidad son animales muy peligrosos. Los demonios de Tasmania son pequeños, musculosos y muy fuertes. Lo más aterrador es su boca.
Una vez que abren la boca, se pueden ver sus poderosas mandíbulas. Se dice que sus dientes tienen la misma fuerza de mordida que los de un cocodrilo, lo suficientemente fuertes como para aplastar huesos y botas viejas. No solo eso, sino que el grito del demonio de Tasmania también es aterrador, suena como el rebuzno de un burro enfurecido, pero tan fuerte que es como si el sonido viniera de un animal 10 veces más grande que ellos.
Hábitos de vida
Atormentado en hábitats de arbustos y pastos altos, escondiéndose durante el día y emergiendo durante la noche. Al caminar, siempre está olfateando el suelo, aparentemente buscando comida. Sus hábitos alimentarios son principalmente carnívoros, comiendo insectos, serpientes, ratas, etc., y ocasionalmente algunas plantas.
Los demonios de Tasmania son animales verdaderamente "diurnos": aunque no salen a buscar comida durante el día, les gusta descansar bajo el sol. Este demonio de Tasmania tiene una cicatriz de pelea junto a su ojo izquierdo. Los demonios de Tasmania se encuentran en toda Tasmania y les gustan especialmente los bosques secos esclerófilos o los bosques cercanos a la costa. Permanecen inactivos durante la noche y viven en densos arbustos o madrigueras durante el día.
Los demonios bebés pueden trepar a los árboles, pero los adultos no. Además, los demonios de Tasmania también saben nadar. Prefieren viajar solos que en grupos. El área de distribución del demonio de Tasmania oscila entre 8 y 20 kilómetros cuadrados, y a menudo se superpone a los territorios de otros animales.