Los rotíferos son zooplancton con morfologías extremadamente variables. Entre ellos, la variación de tamaño individual tiene la importancia más práctica para el cultivo y la producción de rotíferos. También hay variaciones en el tamaño individual de Brachychophora fruculata según la forma del caparazón y la columna craneal posterior, generalmente se divide en tipo S pequeño con un caparazón esférico (caparazón de 100-130 µm de largo y 110 µm de ancho) y tipo L. El caparazón es oblongo, con una longitud de 190-340 um y un ancho de 150-200 um. El caparazón en forma de S es ovalado, con una longitud de 120-190 um y un ancho de 110 um. Según los datos, la longitud del caparazón de 210 um es el límite entre la forma de S y la de L.
Aunque el peso húmedo individual de los rotíferos varía según el cebo utilizado, existen diferencias obvias entre los rotíferos tipo L y tipo S que se alimentan del mismo cebo. Gu Ueki (1978) informó: El peso húmedo del tipo L es 4,44 ug, el peso húmedo del tipo S es 1,86 ug y el peso seco es 13,5 y 18,3 del peso húmedo respectivamente. Ogami (1976) creía que el peso húmedo de los rotíferos tipo L y S era 3,85 ug y 1,37 ug respectivamente, y el peso seco era 12,7 y 16,7 del peso húmedo respectivamente.
La temperatura del agua de cultivo es el factor directo que conduce a la variación morfológica de los rotíferos, seguido de la calidad del alimento y la densidad de proliferación. Durante la producción, se debe seleccionar la población adecuada de Brachophysalis en función del calibre de los alevines y controlar su cultivo en determinadas condiciones.