Lamo se dirige específicamente a grandes organizaciones, como Microsoft y el New York Times. A Lamo le gusta utilizar la red de cafeterías, tiendas Kinko o bibliotecas para llevar a cabo sus actividades de piratería, por eso se puso un apodo: el hacker que nunca vuelve a casa. Lamo a menudo encuentra vulnerabilidades de seguridad y las explota. A menudo informa a las empresas sobre vulnerabilidades relevantes. La lista de ataques de Lamo incluye Yahoo, Citibank, Bank of America y Cingular. Es legal que los hackers de sombrero blanco hagan esto porque son empleados de la empresa, pero es ilegal que Lamo lo haga.
Lamo se convirtió en uno de los principales delincuentes digitales tras hackear la red interna del New York Times. Por este delito, Lamo fue multada con 65.000 dólares y sentenciada a seis meses de reclusión domiciliaria y dos años de libertad condicional.