El trueno es una descarga eléctrica majestuosa y un tanto intimidante acompañada de relámpagos y truenos. Las condiciones para la generación de truenos y relámpagos son la acumulación y la polarización en las nubes de tormenta.
Según las diferentes condiciones meteorológicas y del terreno, los rayos generalmente se pueden dividir en tres categorías: rayos térmicos, rayos frontales (rayos de frente cálido y rayos de frente frío) y rayos terrestres.
El vapor de agua en la atmósfera es la causa interna de la formación de nubes de tormenta; la formación de nubes de tormenta también está relacionada con el terreno natural y las condiciones meteorológicas.
El rayo térmico es un tipo de rayo que suele producirse por la tarde en verano, muchas veces acompañado de fuertes lluvias o granizo. Los rayos térmicos se forman rápidamente y no duran mucho, de 1 a 2 horas; la longitud del campo minado no supera los 200 a 300 km y el ancho no supera las decenas de kilómetros. Se deben cumplir las siguientes condiciones para la formación de rayos térmicos.
El aire es muy húmedo y el vapor de agua en el aire está casi saturado, lo cual es un factor necesario para la formación de rayos térmicos.
En un día soleado de verano, el sol brilla intensamente y el suelo está expuesto al sol durante mucho tiempo. La temperatura del aire húmedo cerca del suelo aumenta rápidamente, lo que hace que la gente se sienta acalorada y congestionada. Esta es una condición necesaria para la formación de truenos y relámpagos térmicos.
La ausencia de viento o viento ligero provoca una humedad y temperatura del aire desiguales. La razón por la que no hay viento o hay viento ligero puede ser que el flujo de aire aquí no cambia mucho, o puede deberse al terreno (como una cuenca montañosa).