¿Consagrar la lápida conmemorativa de los criminales de guerra japoneses es un acto personal de Wu Ah Ping, o el templo de Xuanzang está mal administrado?

“La consagración por parte de Wu Aping de la lápida conmemorativa de los criminales de guerra japoneses que invadieron China fue un acto personal. Sin embargo, poder adorar en el templo de Xuanzang sin ser descubierto durante muchos años no es tan simple como un acto personal. Expone aspectos como la gestión de los lugares religiosos. El 18 de diciembre de 2017, cuando Wu Aping llegó y claramente completó los nombres de "Iwane Matsui, Hisao Tani, Takeshi Noda, Gunyoshi Tanaka y Toshiaki Mukai" en el formulario de registro de adoración, los monjes de turno no tenían idea de que estaban criminales de guerra, en lugar de eso, pregunte si la persona adorada es un familiar o un amigo. Adorar una lápida conmemorativa no es un asunto menor, entonces ¿por qué dejar que alguien que abandonó la escuela secundaria la guarde? El 26 de febrero de este año, los monjes descubrieron la placa conmemorativa de los criminales de guerra japoneses que invadieron China y la retiraron inmediatamente. Sin embargo, después de que el abad recibió el informe por fax, no decidió llamar a la policía ni denunciarlo. que se prohíba estrictamente su difusión fuera del monumento. ¿Cómo podemos encubrir el asunto cuando se trata de sentimientos nacionales?

Wu Aping tiene una enfermedad mental, que originalmente es comprensiva. Pero la sombra psicológica no es una razón para consagrar a los criminales de guerra, ni puede ser una excusa para absolverse a uno mismo de la culpa. No perdonar a nadie y nunca perdonar. Ésta es nuestra actitud básica hacia los criminales de guerra que invadieron China. Quien cometa un error en este tema, aunque no controle estrictamente las cosas, será condenado moralmente y castigado por la ley. Wu Aping fue detenido bajo sospecha de haber cometido el delito de provocar peleas y provocar problemas, lo que una vez más hizo sonar la alarma: nadie, sin importar la hora, puede abandonar los principios del bien y del mal por sus propios intereses egoístas, y nadie puede romper la línea de fondo del patriotismo. No tener reverencia en el corazón e ignorar la justicia nacional son las "enfermedades mentales" más aterradoras.