Cada uno tiene un gusto diferente. A algunas personas les gusta la comida picante, a otras les gusta la comida dulce y a otras les gusta probar alimentos nuevos y novedosos. Para mí hay un alimento que al principio rechazaba mucho, pero después de comerlo siempre quiero volver a comerlo y es la anguila.
Recuerdo que la primera vez que comí anguila fue en un restaurante japonés. En ese momento, el camarero me recomendó un plato de arroz con anguila, pero a mí no me interesó nada la anguila porque me parecía rara y nunca la había comido. Sin embargo, el camarero lo recomendó encarecidamente, así que pedí uno.
Cuando llegó el arroz con anguila todavía me parecía raro. Pero cuando di el primer bocado, me sentí abrumado por el sabor. La anguila tiene una carne tierna y una textura delicada, y cuando se combina con arroz y salsa, el sabor es aún más intenso. No pude evitar comer un bocado tras otro hasta terminarme todo el arroz de anguila.
Desde entonces me empezó a gustar la anguila. Cada vez que voy a un restaurante japonés, pido arroz con anguila o sushi de anguila. Incluso comencé a intentar hacer arroz con anguila en casa. Aunque el sabor no es tan auténtico como los de la tienda, todavía me deja muy satisfecho.
Esto me recuerda una verdad: no rechaces las cosas nuevas fácilmente. Muchas veces, nuestras opiniones sobre las cosas se deben simplemente a que no las hemos probado o a que no sabemos lo suficiente sobre ellas. Pero si nos atrevemos a intentarlo, quizá descubramos que nos gustan como a mí me gustan las anguilas.
En la vida encontraremos muchas cosas nuevas, algunas de las cuales nos entusiasman y nos hacen sentir curiosos, mientras que otras nos hacen sentir miedo y rechazo. Sin embargo, si nos atrevemos a intentarlo, descubriremos que hay cosas más hermosas en la vida esperando que las descubramos y disfrutemos.
Así que mi consejo es: atrévete a probar cosas nuevas y no te niegues fácilmente. Porque sólo intentándolo podemos descubrir más belleza en la vida y hacerla más colorida.