Dios mío, perdóname
Dios mío
Dios mío, perdóname, señorita Floy, niña traviesa y pecadora, si no cierras los ojos. ¡En este mismo momento llamaré a esos duendes que viven en el gallinero para que vengan y te coman viva!
¡Dios mío, señorita Floy, niña malvada, si no lo haces! No cierres los ojos en este minuto, entonces llamaré al monstruo que vive en el ático y te comeré vivo.