A partir del año 2000, la proporción entre hombres y mujeres está desequilibrada, con una proporción de aproximadamente 118,23 (de los cuales 100 son mujeres).
Los datos de la Oficina Nacional de Estadísticas muestran que la población total nacida entre 2000 y 2010 es de aproximadamente 146 millones (de los cuales 79,52 millones de niños son 12,64 millones más que 66,88 millones de niñas). Según datos del Anuario del Censo Nacional, la proporción entre hombres y mujeres de la población nacida en 2000 es de aproximadamente 118,23 (mujeres = 100, lo mismo a continuación), de los cuales 7,83 millones son niños y 6,62 millones son niñas. millones más de niños que de niñas.
En los años siguientes, la proporción hombre-mujer ha estado entre 117 y 121. La proporción de hombres y mujeres nacidos en 2001 fue de 118,45, con 7,73 millones de niños y 6,52 millones de niñas. Había 1,2 millones más de niños que de niñas. La proporción de hombres y mujeres nacidos en 2002 fue de 118,9. En 2009, la proporción entre hombres y mujeres al nacer alcanzó 121,06, con 8,58 millones de niños, 1,5 millones más que las niñas.
Esta cifra supera con creces el nivel de los nacidos en la década de 1980. La proporción entre hombres y mujeres nacidas en la década de 1980 era básicamente inferior a 102. Sin embargo, después de entrar en el decenio de 1990, esta cifra aumentó rápidamente. Según los datos del censo, la proporción entre hombres y mujeres de la población nacida después de 1995 superó los 110.
Razones del desequilibrio en la proporción entre hombres y mujeres:
1. El impacto de la presión socioeconómica: en ciertos entornos socioeconómicos, se considera que los niños son más capaces de trabajar y jubilarse. , lo que conduce a las preferencias masculinas.
2. Progreso científico y tecnológico y tecnología médica: Con el avance de la tecnología médica moderna, las personas pueden elegir su género. Esto también ha llevado a que algunas familias opten injustamente por dar a luz niños en lugar de niñas.
3. Matrimonio concertado y cuestiones de dote: en algunas zonas, las familias prefieren tener hijos varones para evitar pagar dotes elevadas, lo que también conduce a un desequilibrio en la proporción entre hombres y mujeres.
4. Brecha en educación y oportunidades de empleo: en algunas áreas, los hombres tienen más probabilidades de tener mejores recursos educativos y oportunidades de empleo, lo que lleva a que las familias estén más dispuestas a tener hijos varones.
5. La influencia de las costumbres culturales: Algunas costumbres culturales consideran a los hombres como tomadores de decisiones importantes y figuras autorizadas en la familia, lo que también conduce a la preferencia masculina.
6. Restricciones políticas y política de planificación familiar: Algunos países implementan la política del hijo único, y las familias prefieren tener niños varones para continuar el linaje familiar.
Referencia del contenido anterior: Enciclopedia Baidu: proporción desequilibrada entre hombres y mujeres