Las trabajadoras sexuales reciben una cierta cantidad de compensación por tener relaciones sexuales con otras personas o brindar servicios sexuales relacionados, pero los terapeutas sexuales no tienen relaciones sexuales con los pacientes.
Para los chinos, la vida sexual siempre ha sido considerada como algo que sólo puede entenderse pero no expresarse con palabras. Incluso entre las parejas más íntimas, puede resultar difícil comunicar abierta y detalladamente sus sentimientos y experiencias durante las relaciones sexuales.
Así, cuando las parejas tienen problemas en su vida sexual, las personas tienden a centrarse más en "tratar los síntomas" y en cómo mejorar o prolongar varios "índices", pero ignoran los sentimientos más verdaderos del otro. Por tanto, la apariencia de un terapeuta sexual se parece más a la de un examinador de vida. Sólo viendo los problemas sexuales en la vida podremos resolverlos verdaderamente.
Los terapeutas sexuales se dedican a responder las dudas de las parejas sobre la salud reproductiva, brindar asesoramiento sobre el matrimonio y el amor y, lo que es más importante, tratar de aliviar la vida sexual discordante de las parejas.