Debido a que la antigua China creía que el decimoquinto día del séptimo mes lunar era el día más sombrío del año, cuando las puertas de los fantasmas estaban abiertas de par en par y los ancestros fallecidos podían regresar a casa para reunirse, por eso se llamaba el Festival de los Fantasmas.
Según la leyenda, a partir del 1 de julio de cada año, el Rey del Infierno ordena abrir la puerta del infierno, permitiendo salir de ella a aquellos miserables fantasmas que han sufrido durante todo el año y han estado presos en el infierno. Demonios, deambula por un corto período de tiempo y disfruta de la sangre y la comida del mundo.
Por eso, la gente llama a julio el mes fantasma. Este mes se considera un mes de mala suerte para no casarse ni mudarse. El decimoquinto día del séptimo mes lunar es el "Festival de los Fantasmas" anual de China, el Festival de los Fantasmas. En el budismo se le llama "Festival de Ullan".
La gente cree que los antepasados regresarán a casa para visitar a sus descendientes en julio y medio, por lo que el culto a los antepasados es necesario. Este tipo de comportamiento de adoración a los antepasados es una manifestación de la ética tradicional de tener cuidado con el pasado, consolidar las raíces y pensar en el origen, y es una tradición cultural de gratitud hacia los antepasados.
La gente instalará dojos y preparará bollos al vapor para que los coman los fantasmas solitarios. En este día, la gente adorará a los antepasados, visitará tumbas y encenderá linternas de loto para iluminar el camino a casa de los difuntos. Los templos taoístas celebran grandes pujas para orar por bendiciones y buenos auspicios, y el contenido es redimir las almas de los difuntos.