La altura oficial de la madre de Yao Ming es 188 cm.
La madre de Yao Ming es Fang Fengdi, que nació en Shanghai el 21 de marzo de 1949. Fue una jugadora de baloncesto china y se desempeñó como central en el campo. Altura 1,88 metros. Ingresó al equipo de baloncesto femenino de Shanghai a la edad de 14 años y se convirtió en la central principal y capitana.
En la década de 1970, fue el pívot principal y capitán del equipo de baloncesto femenino chino. En 1974 dirigió al equipo a participar en los VII Juegos Asiáticos celebrados en Teherán y ganó la medalla de bronce. En 1976 participó en el VI Campeonato Asiático de Baloncesto Femenino celebrado en Hong Kong y ganó el campeonato. Tras jubilarse en 1979, trabajó en el Instituto de Investigación Deportiva de Shanghai.
En 1964, cuando tocó por primera vez el baloncesto con 15 años, no podía imaginar que formaría una relación tan estrecha y duradera con el deporte. Como persona que lo ha experimentado, he sido testigo del crecimiento de generaciones de atletas y he sido testigo del ascenso de los deportes de la Nueva China a una cima tras otra.
Vida personal
Ya sea que fuera atleta o después de retirarse y trabajar en el Instituto de Investigación Científica de la Comisión de Deportes de Shanghai, Fang Fengdi siempre ha mantenido un estilo de vida muy diligente y frugal. Incluso después de que Yao Ming pudo aportar muchos ingresos a la familia, ella todavía no tenía hábitos extravagantes. Nunca gastó nada que no debería. Se hizo cargo de todos los gastos diarios con mucho cuidado y administró a la familia con diligencia y frugalidad.
Fang Fengdi tiene los pies en la tierra y es discreta, y también requiere que su hijo sea así. Yao Ming trabajó duro en el entrenamiento en la Escuela de Deportes Juveniles del Distrito de Xuhui y pronto se convirtió en una joven estrella y entró en la Escuela de Deportes Juveniles de Shanghai.
En aquel momento, algunos medios quisieron entrevistar a Yao Ming, pero su madre se negó. La madre cree que el niño aún es pequeño y que la publicidad le traerá ciertos efectos secundarios. Espera que su hijo dé cada paso con los pies en la tierra y no quiere que se deje llevar por las alardes.