No existe un estándar de altura uniforme para las jugadoras de voleibol playa femenino, porque cada país y evento tiene estándares y requisitos diferentes. En general, las jugadoras de voleibol playa deben tener una estatura moderada, ni demasiado alta ni demasiado baja. Una altura más alta puede aumentar las ventajas defensivas y de bloqueo, mientras que una altura más corta puede proporcionar mayor velocidad y agilidad.
En las competiciones internacionales, la altura media de las jugadoras de voleibol playa es de unos 170 a 185 centímetros. Sin embargo, este rango puede variar en países y regiones específicos. Los deportistas de diferentes alturas tienen sus propias ventajas y características técnicas en la competición, por lo que la altura no es el único criterio de medición. A la hora de seleccionar a los deportistas, además de la altura, también se tendrán en cuenta factores como el tamaño, la fuerza, la agilidad, el nivel técnico y la coordinación con los compañeros del deportista.
Cabe destacar que si bien la altura puede aportar ciertas ventajas, en el vóley playa son igualmente importantes las habilidades integrales en tecnología, estrategia, coordinación y condición física. Por lo tanto, la altura no puede utilizarse como único criterio para juzgar la capacidad de los jugadores de voleibol de playa.