Al perro de casa no le gusta el gato recién adoptado. ¿Es por naturaleza?

No es natural que al perro de casa no le guste el gato recién adoptado. Muchos perros y gatos todavía se llevan muy bien, lo que depende principalmente de la actitud del dueño. Si al dueño le gusta especialmente el nuevo gato pero es particularmente indiferente hacia el perro, puede sentirse abandonado y sentir que el gato le ha robado mucho amor. 1. Parecen enemigos naturales

Mucha gente sabe que los perros y los gatos suelen tener muchos conflictos cuando se llevan bien. Estas contradicciones se han vivido en obras de cine y televisión y en cuentos de hadas, como "Tom y Jerry". En este anime, Tom odia más a los perros y la relación entre estos dos animales es muy desagradable. La gente suele pensar que los perros y los gatos son intrínsecamente incapaces de lidiar con ellos. Si tienes perros y gatos en la vida real, a menudo verás perros intimidando a los gatos y gatos golpeando a los perros con sus garras. Muchos propietarios sienten que no hay forma de que estos dos animales convivan en el mismo entorno. 2. Pueden llevarse bien entre ellos

Los gatos y los perros pueden llevarse bien entre ellos. Muchos dueños han conseguido que tanto gatos como perros puedan vivir una vida más feliz. Algunos gatos o perros serán muy hostiles entre sí, y algunos gatos han sido heridos por perros cuando deambulaban. Incluso si vienen a un ambiente muy cálido, no pueden eliminar su miedo y estado de alerta hacia el perro. Una vez que el perro se acerca, huirán lejos.

Al tratarse de un gato que acaba de llegar a tu casa, también le resultará especialmente difícil llevarse bien con él. El dueño puede separar temporalmente a las dos mascotas y sacarlas a jugar juntas en la vida diaria. El dueño debe ser parejo al dividir la comida. Mientras el dueño medie más, el conflicto entre las dos mascotas podrá resolverse bien. Los gatos y los perros pueden jugar juntos rápidamente cuando son jóvenes. En esta época, los gatos no son tan distantes como solemos ver. También puedes pensar en los perros como amigos, o incluso pensar en los perros como gatos.