Después del ataque, la policía noruega arrestó a un hombre con vínculos con las organizaciones de extrema derecha del país y caracterizó el bombardeo y el tiroteo como un ataque terrorista interno y no tuvo nada que ver con organizaciones terroristas extranjeras.
Los ataques tuvieron como objetivo oficinas gubernamentales y campamentos de verano del partido gobernante, lo que sugiere que los atacantes pueden haber tenido más motivaciones políticas que otras, dijeron analistas.
Anteriormente, una organización terrorista llamada "Asistente de la Jihad Islámica Global" se atribuyó la responsabilidad de la explosión de Oslo el día 22, pero los expertos no lo creyeron.