1. Insociable y lento.
Los síntomas son taciturnos, insociables, de expresión fría y de acción lenta, que en su mayoría están relacionados con una disciplina estricta, discordia entre los padres, métodos educativos inconsistentes, fragilidad y familiares con antecedentes de enfermedades mentales.
2. Miedo y timidez. Contar a los niños historias aterradoras de supersticiones feudales puede hacer que tengan miedo de la oscuridad, el espacio abierto, el sonido y de dormir solos. Por lo tanto, en lugar de intimidar a los niños pequeños, se les debe inducir a participar más en la vida grupal. No es aconsejable forzarlos a entrar en contacto demasiado apresuradamente con las cosas que temen. Con paciencia, permítales superar gradualmente su miedo y timidez mediante la práctica. Preste atención a la nutrición de los débiles y permítales hacer más ejercicio para mejorar su condición física.
3. La terquedad y la desobediencia. Los niños tienen una gran curiosidad y sed de conocimiento, y les gusta preguntar "¿Por qué?" Si estos deseos normales de conocimiento no pueden satisfacerse o incluso suprimirse, con el tiempo se volverán tercos y desobedientes.
4. Aumento de actividades. Los niños pequeños son activos y, a medida que crecen, aumentarán sus capacidades de autocontrol.