Como una mujercita feliz que acaba de contraer matrimonio, estoy aquí para repartir comida para perros a todos. Por favor, traigan sus propios analgésicos, porque les dolerán los dientes.
1. Dulce beso de buenos días.
Finalmente, llegó la hermosa mañana cuando él y el sol estaban juntos. Al mirar al apuesto joven con su sueño juvenil, se sintió como si todo fuera un sueño. Finalmente, incapaz de contenerse, estiró sus pequeñas y malvadas zarpas, se pellizcó la cara y le dio un fuerte beso. Con ojos somnolientos, me dio una sonrisa tonta y linda. ¡No le importaba el mal aliento ni el olor a alcohol! ¡Dije, este beso huele tan bien!
2. Dos avaros tienen todos sus tesoros.
Cuando me casé, recibí una gran bolsa llena de dinero y era tan roja que no podría estar más feliz. Ni siquiera desayunamos, así que nos sentamos con las piernas cruzadas en la cama y comenzamos a contar los resultados de esta victoria. Conté el dinero y él llevó las cuentas. Después de contar, me sentí preocupado, así que lo intenté nuevamente con un poco de saliva. Finalmente, conté el dinero tres veces y finalmente experimenté la sensación de contar dinero hasta que se me acalambraron las manos. Finalmente, usé una plancha eléctrica para planchar el dinero, lo cual fue realmente satisfactorio.
3. Sal y busca recuerdos felices.
Mi esposo y yo nos conocimos en un restaurante de ollas calientes. Ahora que estamos casados, tenemos que volver a visitar nuestro antiguo lugar. Cuando el jefe supo que era nuestro primer día de matrimonio, generosamente nos dio una semilla de loto y un pastel de frijoles rojos, deseándonos una vida próspera y un bebé pronto. Jeje, mirando la sonrisa burlona del jefe, mi nueva esposa de repente se sonrojó.
4. Cocinen juntos para preparar sus comidas favoritas.
Cuando te casas, tienes que vivir con las necesidades diarias. Aunque digo ser una buena esposa y madre, tengo que mostrar mis habilidades pase lo que pase. Por la noche, mi marido y yo nos sentábamos en la cocina y preparábamos la comida juntos. Yo era el chef y él se ocupaba de mí. Cooperábamos tácitamente y era casi imposible llevarnos bien. Al verlo terminar un plato grande de camarones al ajillo, elogió mis habilidades culinarias. Sonreí en secreto porque sabía que a él le encantaba comer, así que le pedí consejo a mi suegra con anticipación.
Tumbados en la cama tomados de la mano por la noche, el primer día de matrimonio pasó así, lleno de felicidad. Espero que podamos ser tan cariñosos todos los días en el futuro y trabajar juntos para crear una pequeña y hermosa familia.