Las "Tres Críticas" de Kant constituyen su gran sistema filosófico. Son: "Crítica de la razón pura" (1781), "Crítica de la razón práctica" (1788) y "Crítica del juicio" (1790).
La pregunta que debe responder la “Crítica de la Razón Pura” es: ¿Qué podemos saber? La respuesta de Kant es: Sólo podemos saber lo que las ciencias naturales nos permiten realizar. La filosofía no tiene más utilidad que ayudarnos a aclarar las condiciones necesarias para que el conocimiento sea posible, ya que Platón en realidad no es ninguna solución.
Para Kant, para responder a la pregunta de qué podemos saber, primero debemos mirar la relación entre el conocedor y lo conocido. La verdad en la filosofía clásica se considera la correspondencia coherente entre el lenguaje y las cosas. Kant preguntó: ¿Cómo es posible esta coherencia? Las cosas son concretas y materializadas, mientras que el lenguaje es abstracto. ¿Cómo pueden ser consistentes estas dos cosas? De hecho, la percepción humana sólo proporciona ciertas características de los objetos, como masa, volumen, forma, cantidad, peso, velocidad de movimiento, etc. Sin estas características, no podemos imaginar los objetos. Ésta es la característica principal de un objeto. Los objetos también tienen otras propiedades subordinadas, como color, sonido, sabor, sensación de temperatura, etc. Aunque estas propiedades subordinadas son parte del objeto, las personas pueden imaginarlas de manera diferente. Por ejemplo, podemos pensar en un coche azul como una mesa verde. Esta distinción entre características primarias y secundarias nos lleva a preguntarnos: ¿Cuál es la situación real en el mundo exterior? Porque si puedo imaginar ciertas propiedades de los objetos de manera diferente, es decir, estas propiedades parecen existir sólo en mi percepción, ¿cómo puedo estar seguro de que el mundo sólo existe en mi mente? Por tanto, la concordancia entre el lenguaje y las cosas (la verdad) parece ser posible sólo en la mente humana.
Esto es, por supuesto, un escepticismo extremo y desesperado. ¿Qué pasa si la gente no está dispuesta a aceptar este punto de vista? Quizás exista un mundo externo que no podemos reconocer, entonces, ¿qué debemos hacer? Antes de Kant, la respuesta de los filósofos a esta pregunta era culpar a Dios: nuestros pensamientos son consistentes con el mundo exterior porque así es como Dios quiere organizarlo. Pero la pregunta es: ¿Cómo sabemos que las cosas que Dios nos muestra que veamos son como son?
Kant puso patas arriba este problema por completo. Antes de esto, la gente alineaba su entendimiento con cosas externas, pero Kant dijo, ¿y si le damos la vuelta y alineamos las cosas con nuestro entendimiento? Kant comparó esta forma de pensar con la "teoría heliocéntrica" de Copérnico: antes de Copérnico, la gente creía que todos los planetas giraban alrededor de nuestra Tierra, pero Copérnico decía que nuestra Tierra gira alrededor de otros planetas.
Kant provocó un cambio copernicano en la filosofía. Dijo que no son las cosas las que influyen en las personas, sino las personas las que influyen en las cosas. Somos nosotros quienes construimos el mundo real. En el proceso de comprender las cosas, las personas son más importantes que las cosas mismas. Kant incluso creía que en realidad nos es imposible conocer la verdadera naturaleza de las cosas, sólo podemos conocer la apariencia de las cosas. La famosa afirmación de Kant es que la comprensión legisla la naturaleza. Su conclusión es muy similar a la de la mecánica cuántica moderna: las características de las cosas están relacionadas con el observador.
En la Crítica de la razón pura, Kant estudió las formas de percepción humana, concretamente el espacio y el tiempo. La materia que existe en el tiempo y el espacio es procesada en experiencia por la comprensión humana, y Kant llama a la forma de comprensión humana "categorías (absolutas)". Estas formas de razón humana incluyen las suposiciones de las personas sobre el alma, el mundo y Dios, entendió Kant. Los consideramos como ciertos principios restrictivos, y el mundo empírico de las personas se construye a través de estos principios.
La "Crítica de la razón pura" estudia la cuestión de cómo los humanos entienden el mundo exterior, mientras que la pregunta que Kant "Crítica de la razón práctica" publicada en 1788 quería responder es una pregunta ética: ¿Qué debemos hacer? ¿hacer? En pocas palabras, Kant nos dice: tenemos que cumplir con nuestras obligaciones.
Pero ¿qué significa "cumplir con las propias obligaciones"? Para responder a esta pregunta, Kant propuso el famoso "imperativo de categoría (absoluta): "Haz esto para que las máximas de tu voluntad puedan convertirse al mismo tiempo en principios de ley universal. Kant cree que la moralidad de las personas es autónoma". Aunque el comportamiento humano está limitado por la causa y el efecto objetivos, la razón por la que las personas se vuelven humanas es que tienen la capacidad de tener libertad moral, trascender la causa y el efecto y tener la capacidad de ser responsables de sus propias acciones.
La pregunta que la "Crítica del Juicio" busca responder es: ¿Qué esperanza podemos tener? La respuesta de Kant es: si quiero ser verdaderamente moral, debo asumir la existencia de Dios y asumir que no todo termina cuando termina la vida. En la "Crítica del juicio", Kant también se preocupa por el propósito, el significado y el modo de acción de las actividades espirituales humanas, incluida la apreciación estética y las capacidades de fantasía de las personas.
"Sobre la paz perpetua" publicado en 1795 debería ser el último trabajo de gran alcance de Kant que contribuyó a la humanidad. El libro propuso los principios de ciudadanía mundial, federación mundial y estados soberanos que no interfieren en los asuntos internos. Una idea que todavía hoy tiene importancia práctica.