Nadie puede competir con Zeb Atlas, cuyos enormes músculos parecen explotar desde sus huesos. No importa cómo lo mires: su confianza y belleza, sus músculos gruesos y anchos de la espalda, su pecho y brazos fuertes, sus piernas como de secoya o los majestuosos genitales entre sus piernas, este Superman. Todos los hombres son perfectos. El antiguo gigante Atlas todavía está vivo en el mundo de hoy.