Infelicidad adulta...

La infelicidad adulta no es tan simple como dejar caer una paleta, es un estado continuo, es decir, te sientes muy triste por un tiempo, y de repente te preguntas cómo vivir así, aprende a pretender nosotros mismos, fingimos ante nuestros padres, fingimos ante todos, pero siempre habrá ese momento honesto en el que seremos tan débiles como un charco de barro.

Últimamente he visto con frecuencia esta frase: "Siento cada vez más que lo más agotador no es el trabajo, sino las personas que conozco en el trabajo. Tratar con todo tipo de monstruos y monstruos, y en Al mismo tiempo, tengo que ser amigable. Muchas veces tengo que trabajar. No es el cansancio en sí, es el equilibrio de las emociones lo que me cansa”.

Me siento cada vez más en el trabajo, muchas veces. de hecho, es falso decir que el trabajo no es agotador, pero si puedes estar feliz y ocupado hasta el trabajo, puedes aceptarlo

Pero a menudo hay personas o cosas a tu alrededor o en el trabajo que te harán Te estimulará, afectará tu estado de ánimo e incluso afectará tu trabajo. Tendrás emociones inexplicables, lamentándote de la injusticia, la falta de voluntad y la impotencia.

En la vida, las personas que me han ayudado se sienten tan avergonzadas y agradecidas que siento que deberían hacerlo. Se da por sentado que el dinero prestado parece agua tirada. Simplemente se entrega y siempre está lejos de regresar.

Ahora no puedo evitar reflexionar sobre si es nuestra excesiva bondad la que les da el valor de hacernos daño o si nos tratan como tontos y nos engañan uno tras otro, tontos somos de todos modos

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Advertencia Todos también se advierten a sí mismos que ayudar a los demás debe estar dentro del alcance de sus capacidades. Realmente no hay necesidad de cruzar la línea por los demás. La única persona de la que se arrepentirá será de usted mismo. Haz lo que puedas hacer y no te avergüences ni a ti ni a los demás por lo que no puedes hacer. Si no puedes aguantar más, puedes utilizarme como un agujero en el árbol. Estoy dispuesto a escuchar tus frustraciones. . Cuando ya no puedes aguantar más, a veces rendirte no es una sopa de pollo venenosa, sino que también puede ser una especie de salvación y alivio para ti mismo.

No dejes que todos los problemas de la vida se conviertan en la gota que colma tu corazón.