Las personas con personalidades íntegras suelen tener las siguientes características:
1. Franqueza: Suelen expresar sus pensamientos y sentimientos directamente sin taparse ni andarse con rodeos.
2. Sinceridad: Se esfuerzan por ser veraces y no mentirán ni engañarán intencionalmente a los demás.
3. Franqueza: Suelen señalar problemas o deficiencias directamente y no evitan ni endulzan los problemas.
4. Franca: Se atreven a expresar sus opiniones sin miedo a ofender a los demás.
5. Firme: No se dejan persuadir ni cambiar de opinión fácilmente y tienen sus propios principios y posiciones.
6. Imparcialidad: Se esfuerzan por emitir juicios objetivos y justos sobre los asuntos sin verse afectados por emociones o prejuicios personales.
7. Confianza: Tienen confianza en sí mismos y no tienen miedo de expresar sus opiniones ni de ser cuestionados o criticados.
8. Entusiasmo: Les apasionan sus creencias y opiniones y están dispuestos a promover y defender activamente sus opiniones.
Cabe señalar que ser íntegro no significa que no tengas inteligencia emocional o que no tengas en cuenta los sentimientos de los demás. Al expresar sus opiniones, también considerarán los sentimientos y posiciones de otras personas y tratarán de no herir a los demás. Pero a veces puede ser demasiado directo o demasiado insistente con sus propias opiniones y necesita prestar atención a la comunicación y el compromiso.