La razón por la cual la Revolución de Noviembre alemana no logró transformarse de una revolución democrática a una revolución socialista fue, en primer lugar, porque no tenía las condiciones subjetivas, es decir, no contaba con la dirección fuerte de un Partido marxista Cuando estalló la revolución, Alemania El proletariado aún no tenía un partido marxista. Aunque el Partido Comunista Alemán se estableció durante el proceso revolucionario, era ideológica y políticamente débil. No se comprende suficientemente la naturaleza, el papel y las tareas del partido, todavía hay ilusiones sobre el camino parlamentario y no se ha formado una línea revolucionaria marxista. En tales circunstancias, la dirección derechista del Partido Socialdemócrata pudo seguir sin escrúpulos una línea contrarrevolucionaria, oponerse al desarrollo de la revolución democrática en una revolución socialista, oponerse al camino de la Revolución Socialista de Octubre para tomar el poder con fuerza armada, y oponernos al aplastamiento del aparato estatal burgués y al establecimiento de una revolución proletaria. En segundo lugar, los esfuerzos del proletariado alemán por transformar la revolución democrática en una revolución socialista fracasaron porque no mantuvo firmemente el liderazgo y no formó una alianza con los campesinos trabajadores. Así se estableció en Alemania la dictadura conjunta de la burguesía y la aristocracia junker. La Revolución de Noviembre no cumplió su misión histórica. Debido al papel desempeñado por la derecha socialista alemana, ni siquiera la revolución democrático-burguesa llegó hasta el final. Hubo una cierta inversión del poder de clase en la clase dominante, y el imperialismo burgués juncker se convirtió en imperialismo junker burgués.
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