Los tres principios básicos del derecho penal son el principio de legalidad del delito, el principio de idoneidad del delito y el principio de igualdad ante la ley.
1. El principio de cumplimiento de la ley: si no hay disposición expresa en la ley, no habrá delito, y si no hay disposición expresa en la ley, no habrá pena.
2. Principio de proporcionalidad de la responsabilidad y de la conducta: La severidad de la pena debe ser proporcional a la gravedad del delito.
3. El principio de igualdad ante la ley: Su significado básico es: Cualquiera que cometa un delito será tratado con igualdad en la aplicación de la ley. A nadie se le permite tener privilegios por encima de la ley. Los derechos e intereses legítimos de todas las personas deben protegerse por igual y no se permite ninguna discriminación.