Las personas que venden pasteles cortados pueden sentirse seguras mientras trabajan por las siguientes razones:
1. La venta de pasteles cortados generalmente se realiza en calles concurridas o con un gran flujo de personas. Estos lugares suelen tener un mayor nivel de seguridad porque hay muchas personas alrededor que pueden obtener ayuda a tiempo incluso si algo sale mal.
2. La mayoría de los vendedores de tartas cortadas suelen situarse junto a otros puestos, formando un mercado o modelo de venta centralizado. Esta forma suele tener un efecto de grupo seguro, porque la mayoría de las personas se concentran en sus propios puestos y ventas, y también dejarán de estar conscientes unos de otros.
3. Muchos vendedores de pasteles también consideran su propia seguridad a la hora de elegir el lugar. Suelen optar por vender en zonas con más tráfico y mejor seguridad para reducir riesgos potenciales.
Sin embargo, no se puede decir en general que todas las personas que venden pasteles cortados no tengan miedo a los problemas. Las experiencias y los sentimientos de cada persona son diferentes, y algunas personas pueden preocuparse por cuestiones de seguridad, como los ladrones y los robos. Por lo tanto, sólo se puede decir que, en circunstancias normales, las personas que venden pasteles cortados pueden sentirse relativamente seguras.