Con su estructura única, las baterías Blade han demostrado importantes ventajas en el campo de los vehículos eléctricos. En primer lugar, su pequeño tamaño y peso ligero no sólo optimizan el espacio interno del vehículo, sino que también reducen la resistencia, ampliando así la autonomía. De hecho, el alto volumen de utilización de la batería Blade aumenta la densidad de energía de la batería. El modelo eléctrico puro de BYD ya puede alcanzar una autonomía de 605 kilómetros, lo que refleja plenamente su fuerte capacidad de resistencia.
Sin embargo, la batería Blade no es invulnerable. Una cuestión clave es que la complejidad de la reparación de la batería puede causar problemas. Dado que las celdas dentro del paquete de baterías están estrechamente conectadas mediante un pegamento especial, una vez que una celda falla, como por ejemplo por daño o colisión, es muy difícil de reparar. Debido al efecto fijador del pegamento, las celdas de la batería generalmente no se pueden reemplazar fácilmente. Para destruir el pegamento, esto no sólo es técnicamente exigente, sino que además es costoso. Esto significa que el daño de la batería puede requerir el reemplazo de todo el paquete de baterías en lugar de un simple mantenimiento.
En general, las baterías Blade funcionan bien a la hora de mejorar la autonomía y la utilización del espacio de los vehículos eléctricos, pero sus costes de mantenimiento y su complejidad son desafíos a los que es necesario prestar atención y resolver. A medida que avanza la tecnología, esta puede ser una dirección importante para el futuro desarrollo de baterías Blade.