Una persona con la cabeza cortada sólo puede permanecer consciente durante 7 segundos.
La guillotina europea, en la antigua Europa, se utilizaba para castigar a los traidores. Después de cortar la cabeza, el verdugo la sujetará y la mostrará al público. Durante estos pocos segundos, el muerto también verá las maldiciones del público.
El rey Carlos de Inglaterra y el rey Luis XVI de Francia lo han experimentado.
En cuanto a si es posible la cirugía callejera.
Teóricamente es posible en un tanque de nutrientes y sangre, porque tras la decapitación se corta el suministro del cerebro y se debe sustituir inmediatamente por otro suministro, así como el sistema nervioso y la circulación sanguínea activa y venosa. Los sistemas no pueden parar.
Esta operación requiere mucho trabajo, y nadie en medicina se atreve a decir que ha realizado una cirugía articular.
Aunque se vuelva a colocar la cabeza, puede haber parálisis o amnesia por falta de oxígeno o conexiones nerviosas incompletas.
Las células cerebrales están muertas y muertas. La cirugía de trasplante de cabeza humana es arriesgada y difícil de realizar; de lo contrario, los ricos y poderosos podrían vivir para siempre.